Siempre digo que tengo un trabajo maravilloso ya que me encargo de transmitir felicidad. Intento que las personas angustiadas, tristes, que no hallan sentido a sus vidas, encuentren un lugar dentro de ellos mismos de paz interior y alegría.
Soy una médico enamorada de la Navidad; creo que es una época alegre, a pesar de todo. Es una época feliz, porque la felicidad consiste en ilusión, y la Navidad trae ilusión a los hogares. La ilusión vive empapada de emociones. Al bañarnos en ese mar complejo de emociones, afloran los mejores recuerdos del pasado, provocando sentimientos encontrados de felicidad y melancolía… Hay instantes dolorosos que salen a la luz, personas con las que uno se reencuentra, o imágenes llenas de tristeza que se cruzan.
Es normal que uno tienda a mirar hacia el pasado, pero ¡hagámoslo con precaución! No te quedes instalado ahí… Mirar hacia atrás es bueno si es para seguir avanzando, pero no para hundirse en la tristeza. La vejez comienza cuando los recuerdos pesan más que la esperanza y los sueños. ¡Tengamos espíritu joven! La Navidad trae un mensaje de esperanza, para rejuvenecer los corazones. No olvidemos que carecer de sueños arruga el alma.
No hay que acallar esos sentimientos; hay que saber y entender qué nos están sugiriendo. Quizá un replanteamiento de nuestra vida, de nuestra relación con los que nos rodean, con la propia Navidad y su significado o con los que nos dejaron. Es normal que echemos de menos a los que se fueron… Recordar nos engrandece, nos ayuda a entender mejor quiénes somos y cómo hemos llegado al día de hoy; pero mirar excesivamente al pasado nos perjudica. La felicidad es haber superado las heridas del pasado, vivir instalado en el presente valorándolo y mirar con ilusión el futuro.
Algunos hemos tenido la oportunidad de cruzarnos con personas especiales a lo largo de la vida; me gusta pensar que son ángeles. Esas personas son las que alivian un instante de angustia, que aparecen en el momento oportuno cuando lo necesitamos o esa cara sonriente en un periodo oscuro del alma. Entre nosotros hay muchos ángeles, ángeles sin alas. A algunos los podemos ver; tienen una luz especial; a otros solo les podemos sentir. Hay que tener voluntad para querer verlos. De hecho, muchos de los que nos han dejado, siguen presentes en nuestra mente y en nuestra vida y nos guían. Podemos percibirles de manera muy sutil y delicada; pero sabemos que están ahí. No dejemos pasar esta Navidad sin fijarnos.
Se me ocurren unos regalos de Navidad especiales:
– La primera es regalar compañía a los que están solos, a los enfermos. A aquellos que en un momento de su vida la Navidad significó algo muy especial pero que ahora por las circunstancias personales no pueden recordarlo. Iluminar las vidas de los que nos rodean. Hacer ese pequeño esfuerzo llena la Navidad.
– El segundo regalo es la sonrisa. ¡Cómo cambia la cara de una persona cuando muestra una sonrisa; se dulcifica, se abre a la amistad, a la felicidad, al bienestar interior! Sonreír cambia nuestro estado interior y envía una señal positiva a quien lo observa.
– El tercer regalo es el perdón. Un corazón resentido no puede ser feliz. Perdonar significa aceptar lo que pasó e intentar comprender los hechos alejando de la mente ese recuerdo negativo o tóxico. De esta manera llegaremos a ver a la otra persona como alguien digno de compasión.
La Navidad la tenemos que crear cada uno de nosotros en nuestro corazón, con nuestras ilusiones, valores, comportamientos y tradiciones. Si existe un momento al año donde realmente se puede y debe soñar; ese es la Navidad, pero no la Navidad de las compras, del consumo, de las tiendas y rebajas; sino la Navidad como momento para recordar la paz, el Amor y la Felicidad. ¡Este es el verdadero espíritu de la Navidad!
Durante estas fechas no olvidemos a tantas personas que no son capaces de vivir o percibir la Navidad como nosotros. Esas personas que estarán solas y en sus mentes se agolparán los fantasmas del pasado o los miedos del futuro.
Cuando observo el establo en Belén, pienso que a pesar de la humildad, la falta de recursos…una estrella brillaba en el Pesebre. Dejemos que la estrella que cada uno lleva en su interior, brille a pesar de que las circunstancias sean adversas.
“Para finalizar deseo que para todos el espíritu de Navidad permanezca en nuestro corazón todo el año; que saboreemos cada minuto de esta Navidad abriendo el alma y seguro que suceden cosas especiales.
Que disfrutemos de los sentimientos incluso de las lágrimas…
De todo corazón os deseo salud, paz, alegría, felicidad y esperanza”.
Marian Rojas Estapé.
En este post muestro algunas de las ideas del pregón de Navidad que expuse en un pueblo de la Mancha hace unos años.
13 Comments
CRIS
Precioso!!!! A ponerlo en práctica!
Nacho A.
Igualmente, Marian, entrañable felicitación. Que afortunados con tu pregón¡¡¡
Aiglesiasarev
Reblogueó esto en RELATOSy comentado:
El espíritu navideño es algo mágico para aquellos que creen en los buenos propósitos, en las buenas acciones y en las buenas relaciones.
Maria Utrilla
Marían, muchísimas felicidades!!! grandes enseñanzas para que no nos saltemos los deberes. Bien hecho.Un beso enorme. FELIZ NAVIDAD!!!!
Chus Ladron
Es un mensaje maravilloso, unas palabras para poner en practica y ser feliz haciendo felices a los demas. Feliz Navidad y feliz Año. Gracias
Point
Gracias!!!
Point
FELIZ NAVIDAD!!!!!!!
Juan Francisco
Muy bonito y esperanzador Marian. Feliz Navidad!!!
José Luis
Muy bonita descrpcion de lo que querría ser la Navidad. Gracias Marian,
Pablo
Tienes un cometido muy especial aquí abajo. Buena suerte Dra Rojas!
Marian Rojas Estape
Gracias querido amigo, la amistad es el “plato fuerte de la vida”.
Un abrazo para los 6!
M-Ángeles
Muchas gracias por compartir y ayudarnos a ser un poco más felices . Que tengas felices fiestas navideñas
Mariana Gallardo
Estimada Marian
Te deseo lo mejor de lo mejor para vos y familia, y agradezco todo lo mucho que nos entregas a diario para vivir mejor. Abrazo fuerte desde Argentina