Aprender a perdonar. Las claves de la resiliencia.

Durante mi experiencia en Camboya, trabajé con niños y jóvenes, que habían sufrido fuertes traumas e impactos en sus vidas. Colaboré en el cuidado y tratamiento de niñas que habían sido vendidas a burdeles o que habían sido expuestas el desgarrador mundo de la esclavitud sexual. Observé  el daño y dolor de aquellas niñas y busqué la mejor manera para ayudarlas a superar aquellos traumas atroces.

La felicidad consiste en ilusión.

Todos, para alcanzar esa felicidad que ansiamos necesitamos tener una buena salud cronológica. Con esto me refiero, a haber superado las heridas del pasado, vivir instalado en el presente de manera estable y a mirar al futuro con ilusión.

El ser humano necesita talento y capacidad para superar las heridas del pasado. Ese talento nace de una fortaleza interior que todos tenemos desarrollado en mayor o menor medida. En los últimos años se ha visto realzado el concepto de resiliencia gracias al médico francés Boris Cyrulnik. Este psiquiatra nació en 1937 en  Burdeos en el seno de una familia  judía de origen ucraniano. A los cinco años vivió la deportación de sus padres a un campo de concentración. Él escapó y tras una vida en orfelinatos y centros fue recogido por una familia en Francia quien le cuido y le animó a estudiar Medicina y ser Psiquiatra.

El diccionario RAE define “resiliencia” como “la resistencia de un cuerpo a la rotura de un golpe”. Cyrulnik amplió el significado del concepto a “la capacidad del ser humano para reponerse de un trauma y, sin quedar marcado de por vida, ser feliz”. Es decir, superar una adversidad y salir fortalecidos de la situación. La clave reside en los afectos, en la solidaridad, es decir en el contacto entre las personas. Cyrulnik a lo largo de su experiencia muestra numerosos ejemplos al respecto; en Toulon (lugar donde es profesor)  ha trabajado con enfermos de Alzheimer; muchos de ellos han olvidado las palabras, pero no los afectos, la música, los gestos o las muestras de cariño.

Es decir, la resiliencia envía un mensaje de esperanza. Antes se pensaba que tras la edad de los cinco años los niños quedaban marcados por las experiencias vividas hasta entonces sin posibilidad de modificarlo. Hoy en día sabemos que un niño que ha sufrido traumas, dificultades puede sobrevivir sin una herida que le paralice su desarrollo. En este proceso de ayuda es clave no culpabilizarle por los errores del pasado y prestarle apoyo y cariño.

Cada uno de nosotros sabemos que orientar nuestra trayectoria a corto plazo es algo relativamente sencillo; pero lo que distingue a las personas de gran solidez es saber diseñar su vida para las distancias largas. Los traumas afectan a los grandes pilares de la existencia humana (familia, trabajo, amor, salud…).

Cada vida es un jeroglífico y el hecho de buscar el significado de los acontecimientos nos ayuda a mirar con “visión larga de la jugada”. Pasado, presente y futuro. Posibilidades y realidades. Encontrar la ilusión y el significado de los acontecimientos en las tres dimensiones temporales. Sabiduría lenta que va calando en nuestro interior con el instrumento de la inteligencia que nos ayuda a entender el porqué enlazada con el afecto que empapa el recuerdo de muchos instantes.

Saber perdonarnos para cerrar las heridas y seguir adelante. Comprendernos es aliviar nuestro sufrimiento. El tiempo es el testigo de nuestra existencia que asiste como observador a la lucha de cada día.

El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad. Victor Hugo.